domingo, 21 de agosto de 2022

Que mi perro espere para comer

 Ante todo, hay que tener conciencia de que enseñarle esto a tu perro te va a doler. Como se debe enseñar desde pequeño, nada rompe más el corazón en la educación de mascotas que forzar a tu perrito a que no toque la comida.

Y es necesario hacerlo, porque de esta manera durante los diez años mínimos de convivencia que tengas con tu amada mascota, vas a vivir orden y paz a la hora de darle su cena, además de que le salvarás la vida al evitar que coma cosas levantadas en la calle que pudieran dañarle.

No importa cuán pequeño sea, cuando lo recibes, le das el plato de comida que pondrás en el piso. Saltará enloquecido de alegría y querrá apurarse a comer. Estarás, entonces, agachado y con una mano suave y firme sobre su pecho lo apartas hacia atrás y de dices: "No comas". O la voz que quieras darle para esta ocasión.

No entenderá, por supuesto, e intentará muchísimas veces volver al plato. "No comas", con seguridad y sin ningún atisbo de violencia, y lo apartas, te será fácil porque es pequeño. Si es más grande, no cedas, aprenderá igual, aunque te lleve un poquito más. Como todo lo que se le enseña a un perro, lleva su tiempo y su gran paciencia, aunque es una vez en su vida, ya que cuando lo aprende no necesitas hacerlo más.

Y sigue así. Él seguirá insistiendo hasta que, pobre chiquito, se cansará de ir para atrás con tu mano y se sentará, no falla. Ahí, entonces, esperas cuatro o cinco segundos y le dices: "Come". Te asombrará lo rápido que te entendió y lo palmearás diciéndole "muy bien, muy bien", dejándolo comer en paz.

Y vuelta a empezar en cada comida hasta que se acostumbre, te llevará unos pocos días, es maravillosa la predisposición que tienen para aprender. Terminará por quedarse sentado sin que le digas nada y esperando la orden de bajar al plato, cosa que hará tranquilamente porque sabe que está haciendo lo correcto y que nadie se lo impedirá.

Tengo dos perros grandes, si no hubiesen aprendido eso, como todos los que tuve, sería un engorro alimentarlos, ropa manchada, comida que se cae, peleas entre ellos y hasta accidentes por cruzarse ansiosamente en el camino. Que la convivencia con nuestras mascotas tenga pura paz, para ellos y para nosotros.

Esperando la voz de comer.

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