Hay personas que sienten que sus merecen dormir en sus camas y claro que lo merecen, merecen eso y mucho más.
Pero no dormirán en mi cama nunca. Es mi cama. Ellos tienen la suya. Respetando el espacio de cada uno la vida transcurre sin sorpresas de salud y sin complicaciones domésticas. Me gusta mi cama perfumada y a ellos les lavo sus colchones muy seguido para que los disfruten suaves, mullidos y duerman desparramados.
Que cada dueño de mascota haga uso de su derecho, es absolutamente personal y respetable. El mío es éste y todos contentos en casa.
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